miércoles, 5 de noviembre de 2014

¿QUÉ FUE ANTES EL HUEVO O LA GALLINA, EL CAPITALISMO O LA CORRUPCIÓN?

A menudo plantean la alternativa a la corrupción en los nuevos partidos. Podemos es quizás la candidatura que más ha acogido en su seno electoral esa receta de incorruptibles. Pero, ¿son los partidos corruptos por ideario político y así se explicaría la inmunidad de Podemos o hay algo más?

Los discursos populistas no ahondan lo suficiente en la cuestión. Por eso, ni les interesa hallar el origen de la misma ni desde luego buscar el remedio contra esta. Es así que, como medidas preventivas solamente se oyen: “más leyes”, “más justicia”, etc. Y aún diré más, a los populistas sólo les interesa una reducción paliativa de la corrupción. Un nuevo dato que contraste su reducción, su “moderación”. Pero, ¿quién soy yo para afirmar estos hechos?

La personalidad es lo que menos importa ante el planteamiento. Por lo tanto, me centraré en el fundamento. Para quienes abogan por la consigna de “más leyes” o “más justicia”, partiremos de una realidad objetiva: la corrupción está presente independiente a la ley o la justicia. Pretender abolir la corrupción con medidas legislativas más endurecidas es como pretender acabar con la droga encarcelando a sus traficantes; en un momento dado puede disminuir, pero no es la legalidad la que rige su vida –en ambos casos-.

Partamos del problema principal: ¿por qué existe la corrupción? Muchas respuestas irán encaminadas a la avaricia personal de unos individuos concretos, pero, es una verdad a medias. No plantea el problema a fondo. Podemos –válgame la paradoja- ir más allá: ¿por qué existe la avaricia? ¿siempre ha existido?

El problema de la corrupción es un problema inherente al sistema económico, al capitalismo. Sin la importancia que requiere mantener un status quo económico no se puede entender la corrupción. Nace con la desigualdad económica, pero se asienta en el seno de una sociedad donde prevalece el “tanto tienes, tanto vales”, donde la competencia económica es la cualidad que establece la supervivencia y garantía de tus derechos. Quién gana capital vive, quien pierde capital muere.

Un sistema que garantiza los derechos o la vida misma según el capital, es normal que todos los esfuerzos individuales estén enfocados no a una avaricia casi mecánica como plantean quienes enfocan el problema de la corrupción a unos individuos determinados, sino a un nivel de vida determinado; a más capital, menos hambre y mejor vida.

Por lo tanto, la avaricia y la corrupción, independientemente de lo fugadas que estén de la justicia y cuanto peso quiera cargar ésta contra aquellas, no erradica el problema porque está sustentado sobre una base económica y no judicial. En el ejemplo anterior de la droga vuelve a suceder el mismo planteamiento, hasta que no se solucione el por qué la gente tiene necesidad de consumir droga jamás se erradicará su consumo por más que encierren a los camellos de poca monda e incluso a grandes narcotraficantes.

Así pues, el problema de la corrupción sólo tiene solución sobre una base económica distinta, sobre una sociedad que garantice los derechos más básicos, donde el capital no rija tu vida y donde el dinero juegue el papel de mera mercancía equivalente. Una sociedad sin hambre, con educación, con trabajo, con casa y sin carencias es una sociedad que no ansía acumular capital. Pero, esta alternativa parte de la total destrucción del sistema económico actual y, dicha alternativa carece de legitimidad en el abanico parlamentario actual. Plantear una alternativa económica es plantear la supervivencia de los lastres actuales, de los pilares básicos que sustentan el capitalismo y éstos mismos se han asegurado su propia perpetuación a base de represión, intimidación, ilegalización y miedo.

Es por ello, que en un marco electoral que se juega bajo la Ley de Partidos, bajo Reformas Electorales y custodiadas por la Constitución franquista de 1978 jamás saldrá una alternativa que abogue por la democracia, por solventar el calvario que sufre hoy la clase trabajadora.

Podrá llamarse Podemos, Ganemos o Perdamos; bajo un sistema que no garantiza la vida sin la acumulación individual de capital la corrupción no es un problema, es más bien su consecuencia.



L. Gómez

4 comentarios:

  1. Hay países, como Dinamarca, con muchísima menos corrupción que España, y que son capitalistas. Los países socialistas actuales (Cuba, por ejemplo) son nidos de corrupción. Es muy fácil decir que la solución es acabar con el capitalismo cuando se ignora la evidencia empírica: hay países capitalistas sin corrupción.

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    1. Premisa errónea, conclusión falsa.

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    2. “Hay países con muchísima menos corrupción" “hay países capitalistas sin corrupción". Aclárate, poca corrupción es corrupción. Así que si en Dinamarca hay “poca corrupción" (la única prueba de ello parece ser tu palabra), ¿qué país haces referencia cuando dices que “hay países capitalistas sin corrupción"?

      Contradicción evidente, carencia de información: escribir porque es gratis.

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    3. Actualmente Cuba ni si quiera es socialista, no entiendo esta respuesta. Precisamente la corrupción se genera con la infiltración de ideología burguesa en la cosmovisión socialista. Y precisamente Cuba es el perfecto ejemplo de esto.

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